La pesca con mosca o
fly-cast se practica muchísimo en nuestro país y cada día gana más adeptos.
Artística y glamorosa, esta
modalidad de pesca consiste en lanzar una mosca artificial utilizando para ello
únicamente el peso que aporta la línea, ya sea de flote o de hundimiento. Esto
requiere de una técnica particular donde se busca “el cast” perfecto.
Las truchas y salmónidos que habitan ríos y lagos de la Patagonia Argentina son los trofeos más buscados por miles de mosqueros.
Las truchas y salmónidos que habitan ríos y lagos de la Patagonia Argentina son los trofeos más buscados por miles de mosqueros.
Las moscas utilizadas son
artificiales, diseñados y atados por el hombre de manera artesanal, tratando de
imitar insectos. Dentro de las moscas, se encuentran las secas, que son las que
trabajan sobre la superficie del agua, imitando a insectos adultos o a insectos
que han caído al agua. Las moscas húmedas trabajan bajo el agua imitando
distintos estados de los insectos antes de hacerse adultos y llegar a la
superficie. Y finalmente, aparecen los streamers, que imitan pequeños alevinos
o pececitos que son atacados por los otros peces.
En los últimos años, el fly cast ha incursionado en otros ámbitos donde la modalidad permitió al pescador entablar una lucha más deportiva con dorados y pejerreyes, peces que toman moscas por su condición de grandes cazadores.
Pescar con mosca es para muchos haber evolucionado en la pesca, a tal punto que se la considera una verdadera filosofía de vida, con sus propios ídolos y dioses, uno de ellos, el recordado MEL KRIEGGER. La elegancia estética de esta modalidad, a la que se suman los valores de pesca y devolución, hacen de la pesca con mosca un espectáculo único en sí mismo.
En los últimos años, el fly cast ha incursionado en otros ámbitos donde la modalidad permitió al pescador entablar una lucha más deportiva con dorados y pejerreyes, peces que toman moscas por su condición de grandes cazadores.
Pescar con mosca es para muchos haber evolucionado en la pesca, a tal punto que se la considera una verdadera filosofía de vida, con sus propios ídolos y dioses, uno de ellos, el recordado MEL KRIEGGER. La elegancia estética de esta modalidad, a la que se suman los valores de pesca y devolución, hacen de la pesca con mosca un espectáculo único en sí mismo.
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